PRINCIPADOS

“… se me dio esta gracia de anunciar en las naciones las riquezas inescrutables de Cristo y de ilustrar a todos, descubriéndoles la dispensación del misterio que desde tantos siglos había estado en secreto de Dios, creador de todas las cosas con el fin de que en la Iglesia se manifieste a los principados y potestades en los cielos, las múltiples facetas de la sabiduría de Dios.

 

Se les relaciona con los Elohim, los Dioses, la Victoria del mundo de Yetzirah o Tercer Mundo Sefirotico.

 

De acuerdo a Pseudo Dionisio, el término “Principiados Celestes” hace referencia al mando principesco que aquellos Ángeles ejercen a imitación de Dios. Referencia al orden sagrado, más propio para ejercer poderes de príncipes; a la capacidad de orientarse plenamente hacia el poder de recibir plenamente la marca del Principio de principios y mediante el ejercicio equitativo de sus poderes de gobierno, dar a conocer este supra esencial Principio de todo orden.”

 

Son los príncipes celestiales que guardan las naciones y presiden sobre los pueblos y sobre los líderes espirituales. Asimismo rigen a todos los grupos y organizaciones creados para un fin positivo; protegen a los seres buenos de los ataques de los espíritus malvados.

También son protectores de las Religiones. Se encargan de la evolución espiritual de las naciones e influyen para que poco a poco se vaya estructurando la filosofía religiosa que conviene a cada grupo o nación, según vaya evolucionando.

 

Ellos saben que cada nación, por medio de su religión refleja su estado evolutivo, y que de acuerdo al Plan Divino, algún día todas las criaturas comprenderán que Dios desea que se unan mediante el respeto y el amor. Eventualmente cada ser humano deberá encontrar a Dios en su corazón para luego hallarlo en cada ser que habita en el Universo.

Pseudo Dionisio nos dice que los Principiados son los Ángeles de las naciones; son los que guían a la humanidad para que retorne a Dios. Ellos no se involucran en las guerras, injusticias ni conflictos humanos. Están inspirándonos para que adelantemos en nuestro progreso espiritual; que comprendamos que lo único que es importante en nuestra relación con Dios; y con paciente actitud esperan nuestra respuesta, que actuemos de acuerdo a este conocimiento.

 

Existe también, como nos lo relata Pseudo Dionisio, una relación entre el número de las naciones y el número de los Ángeles: “…la Jerarquía de Principiados, Arcángeles y Ángeles, hace las revelaciones, según sus distintos grados, preside las jerarquías humanas a fin de que la elevación y retorno a Dios, comunión y unión con Él suceda como es debido.

 

Asimismo, todas las jerarquías participan equitativamente de las gracias que bondadosamente Dios les da. Por tanto, los Ángeles velan por nuestra jerarquía humana como lo refiere la Escritura.

 

A Miguel le llaman el príncipe del pueblo judío y designan diferentes Ángeles para gobernar otras naciones porque “el Altísimo estableció los términos de los pueblos según el número de Ángeles”.
Los Principiados gobiernan las naciones en la Tierra y vigilan los cambios que deben efectuarse a medida que sus habitantes vayan elevando su conciencia. Cuando esto sucede, ellos propician las situaciones para que los ambientes cambien. Ellos crean los ambientes de acuerdo a como los habitantes expresan sus estados de conciencia.

 

Toda nación es la suma de los estados de conciencia de sus ciudadanos7 los Ángeles que forman el Coro de los Principiados usan las formas mentales de todos los habitantes para elaborar lo que se conoce como “Espíritu Nacional”, que representa el grado de civilización y cultura del lugar. Para esto toman en consideración la psicología, idiosincrasia, forma de pensar y de enfrentar situaciones, pobreza o riqueza del lenguaje.

 

De acuerdo a los pensamientos, sentimientos, vocabulario y acciones de los habitantes es la estructura social, religiosa, geográfica, política y gubernamental de un país; este es el significado del aforismo antiguo que dice: “Los Ángeles construyen mientras el hombre piensa”.

 

Los Ángeles del Coro de Principiados son los que rigen sobre los líderes de los países. Siempre tratan de inspirantes de valor, bondad y justicia; y que gobiernen con imparcialidad. Sin embargo, cuando los habitantes del lugar no responden a la vibración de estas virtudes, tampoco lo harán los gobernantes; porque éstos son sólo el reflejo del pueblo que gobiernan.

 

Cada grupo o nación tiene las suficientes que corresponden a su desarrollo físico, emocional, mental y espiritual. La función de los Principiados es vigilar que se cumpla el destino de la nación, que naturalmente es despertar a la realidad de Dios. Para que esto suceda, debe al Ángel ir conduciendo al país hacia su meta, a veces esto involucra aparentes injusticias, pero nada esta ajeno al ojo de Dios y cuando un gobernante no realiza su trabajo adecuadamente, la justicia divina le alcanzara.

 

Los malos gobernantes deberían rogar al cielo que pudieran pagar el mundo físico, el daño que sobreviene por su mala administración, porque no es posible describir con palabras humanas a lo que deben responder en el más allá. Sin embargo, no toca al humano juzgar, porque el hombre sólo ve la acción de un individuo, no puedo leer lo que está escrito en su corazón.

 

Los Principiados son seres bellísimos cuya aura angelical extienden abarcando toda la jurisdicción que rigen, mientras despliegan amor, justicia, bondad y comprensión.

 

El Ángel que representa a los Principiados aparece como un ser alado de belleza singular, parado sobre el globo terráqueo y con el cetro de poder en la diestra. Los rayos que emanan del cielo para cubrir nuestro mundo son recibidos por él y distribuidos de forma que puedan propiciar nuestra evolución.

 

Por medio del cetro, el Principiado recibe las energías cósmicas y también las del centro de nuestro planeta; él las dinamiza con su magnetismo, las regula y luego las distribuye de acuerdo a los flujos vibratorios y según el grado de evolución de los habitantes de la zona geográfica que se rige. Mediante el centro, el Ángel puede recibir y transmitir las energías de los Rayos. Su túnica azul señala su labor bajo la dirección de Nuestra Santísima Virgen María y que milita con las huestes del Arcángel San Miguel.

 

El color azul es la transparencia del mundo espiritual, el cielo prometido, el Paraíso que nuestra herencia celestial al que tendremos derecho cuando completemos nuestro trabajo en la Tierra.

 

De acuerdo a las tradiciones judías, al derrumbarse la Torre de Babel se formaron setenta naciones distintas y Dios asignó a cada una un Ángel para guiarle; pero hoy en día sólo Portugal festeja el día de su Ángel Nacional; es el tercer domingo de julio.

 

Los pensamientos positivos espirituales generan energía que propicia situaciones positivas. Los Ángeles se ajustan a la sustancia energética que les damos para crear nuestro ambiente. Nuestra vida mejora cuando mejoran nuestros pensamientos. Las energías que provienen de pensamientos bajos no ascienden al mundo de los Ángeles; ellos no pueden trabajar con una energía contaminada. Con una sustancia así, son los entes de vibración igual los que se dedican a “construir” situaciones de conflicto.

 

“Lavaos, purificaos, apartad de mis ojos la malignidad de vuestros pensamientos, cesad de obrar mal. Aprende a hacer bien, buscad lo que es justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Y entonces venid y entendámonos, dice el Señor.” Isaías 1:16/18.

Información del libro de Lucy Aspra “Manual de los Ángeles Vol. 1 Di sí a los ángeles y sé completamente feliz.”