Esta disciplina promueve el cuidado de la salud y el bienestar, el crecimiento personal, la alegría de vivir y la felicidad, así como valores familiares y sociales, en su visión de que, en la medida que la gente ría más, el mundo será un mejor y pacífico lugar.

Durante  la práctica, la risa se inicia como un ejercicio grupal, y pronto se convierte en risa real y contagiosa, gracias al contacto visual y al cultivo de una actitud infantil y juguetona, obteniendo así los beneficios fisiológicos, bioquímicos y psicológicos, gracias a la secreción  por parte del cerebro de endorfinas y otros químicos “del bienestar” durante el acto de reír.

La risa nos brinda una mejor perspectiva de la vida reduciendo los niveles de estrés, favorece la producción de endorfinas; es un antídoto contra la depresión y las enfermedades psicosomáticas, debido a que libera serotoninas, hormonas naturales que actúan como antidepresivo; suaviza las emociones más dolorosas, tales como el miedo, el enojo, la tristeza y el aburrimiento; disminuye nuestros niveles de ansiedad y nos hace sentir más seguros.